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Expolio bajo otro nombre

Tras el reciente fallo del Tribunal Supremo avalando la orden ministerial que paraliza por expolio el Plan municipal de prolongar la Avenida de Blasco Ibáñez destruyendo con ello una parte importante del barrio del Cabanyal, protegido como Bien de Interés Cultural, sorprenden y preocupan las noticias aparecidas en prensa sobre los planes que el Ayuntamiento de Valencia presentará esta semana para su aprobación, que vienen a mantener la idea de prolongación de la Avenida rompiendo el tejido urbano protegido y demoliendo 182 edificaciones protegidas en el conjunto del plan. La alteración de la trama y la demolición de las casas pretenden ser una adaptación del Plan al tejido histórico del barrio, cuando en realidad solo muestran el objetivo de reforma interior ajeno a su protección. De los 182 edificios protegidos que se pretende derribar, la mayor parte es para llevar adelante la prolongación de la citada avenida, y el resto en supuestas rectificaciones de alineaciones de la trama histórica y en operaciones de esponjamiento.

Recordemos que el barrio del Cabanyal está constituido por una serie de calles estrechas paralelas al mar. Las edificaciones, muchas de ellas viviendas unifamiliares de finales del siglo XIX y principios del XX, decoradas con azulejería y motivos populares de la época, se adaptan a la antigua parcelación de las barracas y cuentan con dos y tres plantas. Existen vías perpendiculares a las calles. La vida en el barrio es íntima y cercana entre sus habitantes, y el vehículo ocupa un papel secundario en la conformación del barrio.

La Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español, que en su artículo 21.3 dice:

“La conservación de los Conjuntos Históricos declarados Bienes de Interés Cultural comporta el mantenimiento de la estructura urbana y arquitectónica, así como de las características generales de su ambiente. Se considerarán excepcionales las sustituciones de inmuebles, aunque sean parciales, y sólo podrán realizarse en la medida en que contribuyan a la conservación general del carácter del Conjunto. En todo caso, se mantendrán las alineaciones urbanas existentes”

Analizados los planes municipales, se puede concluir de manera objetiva, que la propuesta municipal que se presenta es muy similar a la que en su día provocó la Orden Ministerial por expolio, e incumple de manera clara este artículo. Sorprende por tanto esta decisión de mantener y no enmendar en contra de lo dispuesto por un Tribunal Supremo Español.

World Monuments Fund mantiene la opinión expuesta al incluir el barrio en el programa Watch en el 2012, lamentando y denunciando la posible destrucción de un barrio popular protegido y renunciando al potencial patrimonial que su rehabilitación supondría para la ciudad de Valencia:

“Años de abandono municipal y una falta de planificación urbana participativa han provocado el deterioro del barrio. Hoy en día, más de 500 edificios de este barrio protegido están en peligro de ser demolidos para dar paso a una extensión de la Avenida Blasco Ibáñez, que tiene por objeto facilitar el acceso vehicular directo entre el centro urbano de Valencia a la costa y el puerto. La Asociación de Vecinos Cabanyal-Canyamelar y otras organizaciones locales están abogando por un diálogo abierto sobre los impactos en el barrio. Se espera que la inclusión en el Watch fomentará el desarrollo de opciones de acceso alternativo, evitando el desplazamiento de muchas familias y empresas, y preservando el entorno histórico del barrio”.