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WMF in Cuenca

Located in the Tomebamba Valley in Cuenca, Ecuador, the religious complex of Todosantos has a deeply rooted history and traditions that continue today. The first church was built on the site of “El Usno,” an Inca ceremonial site, following the Spanish conquest of the region and the founding of the town of Cuenca, a World Heritage Site since 1999. Catholic masses in the region were first celebrated at Todosantos. The existing complex includes a church, school, and a convent that were built in the nineteenth century. The Oblata nuns that inhabit the convent have played an important role in the community for many years. The city’s longstanding tradition of bread-making was started by the nuns, who taught techniques and recipes to the local community.

Natural aging of the Todosantos complex, along with earthquakes, fires, water ingress, and several inappropriate interventions had greatly deteriorated the historic buildings by the beginning of the twenty-first century. The Fundación Conservartecuador was created to rehabilitate and protect this important heritage. Todosantos was included on the World Monuments Watch in 2010, and following Watch-listing received an award from the Robert W. Wilson Challenge to Conserve Our Heritage for restoration work at the site. The nineteenth-century wood oven, severely damaged in a fire in 2005, is considered by many to be the soul of the complex; consequently it was the starting point of the 2-year project that followed. To restore the complex, workers had to be trained by local master craftsmen in the use of the traditional bahareque, a pre-Inca construction technique that mixes sugar cane, straw, local plants, and clay. The rehabilitation of long-abandoned areas of the complex revealed ancient pre-Inca stones in the base of the complex, hidden underneath the concrete coating. The stones were cleaned and put back in place. The work included the installation of new electrical and plumbing systems throughout Todosantos, and new exhibition spaces that can be used by the community for gatherings and events.

The once deteriorating complex of Todosantos is now fully restored, and has acquired a new life and place among the local community. The rehabilitation of the historic oven, as well as the opening of a restaurant and gift shop at the complex will provide long-term sustainability to the site. The addition of modern functions for the spaces has opened the convent to the public for the first time in 400 years, helping the historic site adapt to the evolving needs of the community.

Todosantos, un magnífico Complejo Arquitectónico ubicado en la Ciudad Patrimonial de Cuenca, Ecuador, es un lugar lleno de misticismo, de historia, y de tradición. Al entrar a este convento de monjas Oblatas, se percibe el aroma del pan recién hecho, y se empieza a vivir el significado que contiene este lugar desde hace más de mil años. Esta área, al pie del río Tomebamba formó parte del Kapak –Ñan, y fue el trayecto de antiguas civilizaciones. Fue aquí, donde los Cañaris y posteriormente los Incas se asentaron, y es en este sitio, denominado “El Usno”, donde se realizaban sacrificios y adoraciones. Los conquistadores Españoles, eligieron este lugar para fundar la ciudad de Cuenca, y fue entonces que construyeron la primera iglesia de la región. Fue así que nació Todosantos. A lo largo del tiempo y debido a terremotos, incendios, filtraciones de agua e intervenciones inadecuadas, su estructura, paredes y demás empezaron a destruirse; aunque siempre mantuvo su autenticidad, esta era una joya de herencia mundial a punto de colapsar. Con la Fundación Conservartecuador nos propusimos buscar apoyo local e internacional para no dejarla perecer.

En el año 2010, Todosantos formó parte del World Monuments Watch y gracias al programa Robert W. Wilson Challenge to Conserve Our Heritage, recibimos fondos que nos ayudarían a salvaguardar este monumento. El alma de esta edificación se centraba en el horno de leña del siglo XIX, utilizado por las monjas para la tradicional confección de pan, por lo que iniciamos ahí nuestra labor.

El elemento constructivo principal del complejo es el bahareque, un material milenario compuesto de arcilla, carrizo, raspadura, y paja, cuya técnica tradicional era pasada de familia en familia, por lo que maestros locales capacitaron al equipo de restauración. La manera de preparar y colocar el bahareque que recubre los corredores, techos, arcos, pisos y el legendario horno de pan, es parte del patrimonio intangible Andino Americano que está a punto de desaparecer. Durante el trabajo de campo, se descubrió en la base del complejo, piedras de la época Incaica, que habían perdurado por más de siete siglos. Con mucha cautela, se logró develar las piedras y mantenerlas en su sitio original como un legado histórico.

En los jardines, donde se rescató la mayor cantidad de ruinas arqueológicas, se restituyó un camino milenario y un mirador estratégico del Tomebamba que formaban parte de la cosmovisión ancestral. En este jardín, además se realizó la primera “cirugía” en los cuatro árboles más antiguos del Ecuador, que consistió en insertar una estructura interna para sostenerlos. Con la apertura de la panadería, las madres que viven en este monasterio abrieron nuevamente sus puertas al público después de años de abandono, para vender las delicias preparadas en tan emblemático horno a clientes locales y extranjeros, logrando así la sostenibilidad económica de la congregación y el mantenimiento de la edificación.

El proyecto atrajo el interés de otras séis organizaciones que aportaron una suma de aproximadamente un millón de dólares para la recuperación de Todosantos. Al inaugurar la galería restaurada, muchas personalidades culturales han podido exhibir ahí sus obras, escribiendo nuevos capítulos a la historia de este centro que ahora alberga la memoria colectiva y el patrimonio intangible de su comunidad. Todosantos es un sitio de qué hablar y visitar por su conservación y por todo lo que ampara internamente; además de ser un monasterio vivo habitado por las hermanas Oblatas, es un sitio de reunión para visitantes y exponentes artísticos. La restauración del complejo de Todosantos ha sido una experiencia inigualable en todas sus etapas, desde que se forjó la misión para su recuperación hasta verlo restaurado, vivo, funcionando y recibiendo visitantes. Su aroma envolvente a dulce y maíz, su clima interno único, el bahareque visto, sus tejas, y su magnífico jardín, son tan solo una muestra de todo lo que tiene por contar y todo lo que significa su permanencia como herencia mundial.